Prólogo
ENTENDER LOS CAMINOS DE LA ENFERMEDAD > PRÓLOGO E INTRODUCCIÓN
- ENTENDER LOS CAMINOS DE LA ENFERMEDAD –
PRÓLOGO
La mayor parte de las cosas que nos favorecen ocurren sin que las precipitemos, casi sin explicación, como por sorpresa. A veces nos maravillamos de que las cosas nos hayan ido bien y pensamos que la fuerza que lo ha hecho posible corresponde más al azar, a la buena suerte, a la casualidad que a cualquier otra causa o razón.
Pocas veces pensamos que haya podido haber previamente una actitud positiva por nuestra parte, un estado especial de concentración o de relajación que quizás haya atraído o facilitado ese éxito. Nos resulta difícil pensar o aceptar que unas fuerzas, quizás más inconscientes, hayan atraído a la fortuna y hayan facilitado que eso sea posible.
El impulso para hacer muchas cosas surge al dejar que esas fuerzas del inconsciente hagan su trabajo, simplemente permitiéndolas actuar y luego dejando que surjan las ideas para que, con tiempo y trabajo, se hagan realidad. Eso no quiere decir que otros factores más conscientes también puedan haber contribuido a que esas cosas se hagan realidad, pero como estos son mucho más evidentes a nuestros ojos, con frecuencia consideramos que han sido realmente los que lo han facilitado, aunque es probable que puedan haber sido menos importantes que los inconscientes.
Siempre que se comienza alguna actividad o trabajo que pueda resultar beneficiosa o positiva para otras personas, esas fuerzas de origen inconsciente, que podríamos considerar hasta cierto punto misteriosas a nuestros ojos, suelen surgir para facilitarlo. Es como si desde el interior apareciese una voz amistosa y sonriente que dijese “adelante, eso es lo correcto”. Ese yo interior, que surge siempre que lo dejamos que se exprese, a través de sensaciones, a través de imágenes o bien al escuchar una voz interior, tiene mucho más que ver con lo que nos ayuda a encontrar un camino correcto o la decisión acertada que con muestra parte consciente, lo que usualmente consideramos que somos y conocemos de nosotros mismos.
Al observar a personas con diferentes enfermedades, conflictos y problemas en los aspectos físico, mental o emocional, es fácil llegar a una simple conclusión: todo lo que nos ocurre en alguna faceta de nuestro ser puede afectar a cualquier otra y, finalmente, se va a expresar en nuestro cuerpo físico. Nada nos es ajeno, tanto los que llamamos “nuestros problemas” como los de nuestro entorno de seres queridos, ya sean familiares, amigos, compañeros de trabajo o vecinos. Y cada cosa que sucede sin respetar las leyes del equilibrio provoca una reacción adversa en alguno de los aspectos de nuestro ser.
Si esos desequilibrios son solamente compensados temporalmente, se produce una situación de equilibrio provisional dentro del desequilibrio de manera que se mantienen, aunque pase el tiempo, incluso durante generaciones, hasta que aparece un nuevo intento de reequilibrar por parte de algún miembro de la familia o de otro componente importante de su colectivo. Esto hace que los desequilibrios y alteraciones de las funciones en los sistemas del organismo, que pudieran acabar manifestándose como enfermedades, es muy probable que tengan su origen en conflictos o situaciones que han ocurrido varias generaciones atrás.
Constatar este fenómeno en la práctica clínica diaria nos anima a indagar en los escritos y trabajos de las personas que han investigado previamente las influencias de la familia en el comportamiento de sus miembros y de una comunidad. Es impresionante el trabajo de Bert Hellinger, ya que trabajando con su método de las Constelaciones Familiares, se descubren nuevas formas de poder evidenciar, representar y entender las situaciones y los conflictos que les surgen a las personas a lo largo de su vida y que es relativamente fácil asociarlos posteriormente con la aparición de síntomas y signos físicos que la Medicina ha ido agrupando con los nombres que describen las enfermedades. Su método es una nueva herramienta que nos ofrece para que podamos completar y desarrollar los trabajos e investigaciones en diferentes vertientes como en la Psicología, la educación, la empresa o la Medicina.
Otras personas, como Eckhart Tolle, han contribuido a explicar con gran detalle los procesos mentales recurrentes en los que nos vemos atrapados con mucha frecuencia y que consumen gran parte de la energía que necesitaríamos para resolver los problemas que se nos plantean. Su trabajo sobre el ego y la manera de reconocerlo para evitar su continua actividad anuladora de nuestra auténtica forma de ser, merece un reconocimiento especial. Otros han desarrollado su trabajo en el terreno del mundo emocional, tanto en el estudio de la inteligencia emocional como en el análisis de las emociones y de las diferencias emocionales entre los dos sexos. En este apartado podemos resaltar a Daniel Goleman, John Gray o a Barbara y Allan Pease.
No se puede dejar a un lado la gran importancia del pensamiento taoísta y su gran influencia en el método de trabajo de la Medicina Tradicional China, una ciencia milenaria que ha llegado en plena actividad a nuestros días, y que sus bases teóricas se mantienen funcionando a través del paso de los milenios. Esta gran línea de pensamiento nos ayuda a entender mejor los fenómenos globales que ocurren en nuestro Universo desde la óptica de un equilibrio en continua transformación que le caracteriza. Otras fuentes han aportado conocimientos antiguos que han sido actualizados y adaptados a nuestra forma actual de pensar para poder así hacerlos más asequibles y llegar a entenderlos mejor. Podemos nombrar, entre otros, los conocimientos de la Filosofía y la Medicina Tradicional de la India o los conocimientos tradicionales de la Medicina Naturista occidental originada en la antigua Grecia y en Roma.
En un terreno menos material, también han sido de gran importancia los trabajos de vidas enteras como los de Elisabeth Kübler Rose estudiando los fenómenos asociados al fin de la vida de las personas denominados “experiencias alrededor de la muerte” donde, personas que han estado clínicamente muertas y que luego son reanimadas o resucitadas en un hospital, explican su experiencia durante ese tiempo. De gran importancia también son los trabajos de Brian Weiss con su método de hipnosis que permiten hacer regresar a una persona en el tiempo y revivir así las situaciones en las que se originaron los conflictos.
Los aportes de la Física Cuántica moderna sobre el estudio de la materia y de la energía nos han dejado sorprendidos ante la idea de que el análisis profundo de lo que era considerado lo más pequeño no hace tanto tiempo, el átomo, nos ha llevado a ver cómo la materia está simplemente hecha de vibraciones y movimientos de tipo energético en medio del gran vacío que caracteriza a nuestro Universo. Ideas como la de que en un agujero negro pueden caber millones de estrellas rompe la visión tradicional del concepto de espacio que teníamos con la Física clásica y nos ha roto también la idea de tiempo como variable inevitable a través del estudio de los agujeros de gusano.
Es imposible nombrar aquí a la gran cantidad de personas que están intentando dar y aportar información a la nueva forma de pensar que ha surgido a partir de la mezcla de los conocimientos y descubrimientos de la Ciencia actual con los que han acumulado todas las culturas que han desarrollado los seres humanos a lo largo de su historia. Gracias a esas personas y corrientes ideológicas o de pensamiento se está intentando dar con un nuevo modelo de conocimiento universal que nos permita avanzar y crecer sin caer en la imposición de líneas de pensamiento que no están basadas en la unión de los conocimientos científicos actuales y la experiencia acumulada durante milenios por toda la Humanidad. Los conocimientos adquiridos a través de la experiencia y la investigación de lo que se desconoce, en lugar de rechazarlo sin siquiera estudiarlo, sigue siendo un reto y una necesidad para la Ciencia actual.
A este movimiento que engloba a personas de todo tipo y cultura se le viene denominando de varias formas, pero seguramente el más acertado es el de La Nueva Era, que incluye entre otros los enormes cambios que ha traído y va a seguir aportando a la humanidad la acción en la vida cotidiana de la tecnología, de los medios de comunicación y el fenómeno de información y comunicación global que es internet, para favorecer la evolución de la humanidad. Hoy, más que nunca, los humanos nos sentimos como miembros de una gran tribu, la gran tribu humana o Humanidad, con mayúscula.
El movimiento que pone en marcha estos contenidos empieza hace mucho tiempo, y ha ido tomando forma gracias a la concurrencia de muchas fuerzas y de muchas personas. Siempre deberíamos agradecer los éxitos o los buenos resultados a nuestros familiares, ancestros, bisabuelos, abuelos y primordialmente a los padres, que en algún momento de sus vidas hicieron posible que estemos aquí. Cómo no agradecer también a nuestras parejas y amistades que con frecuencia nos acompañan y apoyan en nuestras vidas y nos generan retos y aprendizajes; sin su activa y generosa colaboración todo suele ser más difícil. Otro apartado muy entrañable hay que dedicárselo a los hijos, que de niños nos despiertan el amor o la ternura, luego nos enseñan cada día a ser mejores personas y a hacer los cambios necesarios cuando nos generan problemas. También podemos mostrar agradecimiento a los compañeros de trabajo, a los maestros, a muchas personas anónimas, a todos los que han estado aquí antes que nosotros…
Hacia todos ellos, hacia todos vosotros, tenemos que expresar profundo y sincero agradecimiento. Sin la unión de todas esas fuerzas el avance de la Humanidad no sería posible.